En todo caos,
hay una brizna de hierba
que se mece al viento
atrapa la mirada.
En toda calma,
hay una gota de lluvia
que oculta el alma
y borra la penuria.
Empieza al principio
el ciclo de nunca acabar
aunque no estemos en el mismo sitio
ahora, la vuelta hemos de dar.
(Lectura en dos sentidos)